ELECCIONES POR UNA VIDA MEJOR
UNA VISIÓN BÍBLICA DEL GOBIERNO CIVIL
Unos ríen, otros lloran. La política es así. Tuve la oportunidad de incursionar a ella a través de toda la Argentina, en Brasil y Venezuela. Entré al Senado de la Nación, al Congreso; visité las legislaturas provinciales, entrevisté personalidades políticas, educativas, empresariales y religiosas. La carencia del verdadero conocimiento es abismal, aterradora.
Dios ha creado cuatro instituciones “divinas”:
1. El matrimonio;
2. La familia;
3. El Gobierno Civil;
4. La Iglesia.
La Iglesia es la generadora y proveedora de los ciudadanos que formalizarán matrimonio, generarán familias y gobernarán los pueblos. Y los pueblos dan los individuos a la iglesia, para que ésta los forme para ser mejores, libres y justos.
Entre el individuo y la sociedad, bíblicamente, y a causa del Libre Albedrío, es el individuo el principal responsable y culpable de los males de la sociedad. También desde el punto de vista bíblico, es la sociedad la responsable y culpable de que el individuo fracase en la vida, en el matrimonio y en el gobierno civil.
Pero no se trata de cualquier sociedad y sí de la sociedad llamada iglesia. La comunidad iglesia es la principal causante de todo en el mundo, de lo bueno y de lo malo. Por eso mismo el Diablo ha llevado a algunos apropiarse del título Iglesia, para poder degradar a su libre voluntad al hombre, al matrimonio, al gobierno, y a la sociedad toda. Mientras el Diablo creó esta falsificación, LA IGLESIA verdadera ha retrocedido en la historia, con miedo y ansiedades por la mucha persecución de la que ha sido objeto de la falsa iglesia, consecuentemente del gobierno civil y del mundo entero.
Hoy Dios está restaurando la iglesia y su sentido de ser en el mundo.
La iglesia tiene el deber, el privilegio y la autoridad para generar hombres sanos y libres, matrimonios y familias felices y útiles, y consecuentemente gobiernos civiles justos.
La Iglesia no más necesita llorar: Su Esposo está con ella…
Es hora de que ella se levante para gobernar y bendecir.
Entretanto, no tendrá ningún gobierno y ninguna bendición para el mundo, en tanto y en cuanto no conozca el Plan Eterno de Dios y no maneje bien La Verdad.
Por ello, la más urgente necesidad de la iglesia es de apostolados que la lleven de regreso a La Verdad.
Unos ríen, otros lloran. La política es así. Tuve la oportunidad de incursionar a ella a través de toda la Argentina, en Brasil y Venezuela. Entré al Senado de la Nación, al Congreso; visité las legislaturas provinciales, entrevisté personalidades políticas, educativas, empresariales y religiosas. La carencia del verdadero conocimiento es abismal, aterradora.
Dios ha creado cuatro instituciones “divinas”:
1. El matrimonio;
2. La familia;
3. El Gobierno Civil;
4. La Iglesia.
La Iglesia es la generadora y proveedora de los ciudadanos que formalizarán matrimonio, generarán familias y gobernarán los pueblos. Y los pueblos dan los individuos a la iglesia, para que ésta los forme para ser mejores, libres y justos.
Entre el individuo y la sociedad, bíblicamente, y a causa del Libre Albedrío, es el individuo el principal responsable y culpable de los males de la sociedad. También desde el punto de vista bíblico, es la sociedad la responsable y culpable de que el individuo fracase en la vida, en el matrimonio y en el gobierno civil.
Pero no se trata de cualquier sociedad y sí de la sociedad llamada iglesia. La comunidad iglesia es la principal causante de todo en el mundo, de lo bueno y de lo malo. Por eso mismo el Diablo ha llevado a algunos apropiarse del título Iglesia, para poder degradar a su libre voluntad al hombre, al matrimonio, al gobierno, y a la sociedad toda. Mientras el Diablo creó esta falsificación, LA IGLESIA verdadera ha retrocedido en la historia, con miedo y ansiedades por la mucha persecución de la que ha sido objeto de la falsa iglesia, consecuentemente del gobierno civil y del mundo entero.
Hoy Dios está restaurando la iglesia y su sentido de ser en el mundo.
La iglesia tiene el deber, el privilegio y la autoridad para generar hombres sanos y libres, matrimonios y familias felices y útiles, y consecuentemente gobiernos civiles justos.
La Iglesia no más necesita llorar: Su Esposo está con ella…
Es hora de que ella se levante para gobernar y bendecir.
Entretanto, no tendrá ningún gobierno y ninguna bendición para el mundo, en tanto y en cuanto no conozca el Plan Eterno de Dios y no maneje bien La Verdad.
Por ello, la más urgente necesidad de la iglesia es de apostolados que la lleven de regreso a La Verdad.
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